Gestión Del Tiempo

¿Qué Es La Gestión Del Tiempo?: implica repartir, distribuir, dividir el tiempo de una manera apropiada y conveniente en lo que se refiere al trabajo para tener más productividad (realmente más productividad) y también más espacio para otras áreas de la vida como el cuidado de la salud (física y mental), el desarrollo personal, el hogar, los vínculos con la familia, amigos (as) y pareja y el indispensable tiempo de ocio.

Esto permite menos cansancio, ansiedad y estrés porque se sabe que se tiene que hacer y al observarse las actividades, tareas, es más predecible y eso genera más equilibrio y tranquilidad.

La gestión del tiempo implica definir prioridades, hechos, plazos, vencimientos y límites además del margen para imprevistos que suceden. No hay que pensar en un extremo optimista (falacia de la planificación) sino con el realismo de saber lo que se tarda en hacer cada tarea, porque si se ponen demasiadas tareas no se van a poder terminar y eso obvio genera más malestar.

Es sustancial revisar con periodicidad el sistema de gestión de tiempo, los objetivos, los registros de tiempo, las acciones pendientes, la planificación y ajustar porque todo cambia y hay que adaptar flexiblemente a lo que se necesita en el momento presente

Es importante auditar, inspeccionar el tiempo preguntándose ¿en qué empleo el tiempo realmente? ¿cuánto me lleva realizar cada tarea? (esto permite organizar las listas y la agenda).

Se recomienda también comenzar por las tareas más grandes hasta ir por las más chicas.

Es importante detectar las fugas de atención y las pérdidas de concentración (parar y volver a empezar cuando la inercia nos lleve, reorganizar y volver a tomar el control del propio tiempo).

Otra temática importante es ver si se hace presente la pocrastinación.

En relación a la pocrastinación implica postergar actividades importantes, relevantes por otras menores, e insustanciales como conducta evitativa para retrasar la incomodidad que pueden suponer hacer las primeras. Dada que la pocrastinación se asocia a la ansiedad, dificultad para gestionar emociones, inseguridad y baja autoestima. No hacer las cosas obviamente genera más malestar, y una visión más negativa de una misma. un círculo pernicioso, dañino, nocivo.

Muchas veces la autoexigencia provoca ansiedad y angustia frente a la tarea a hacer.

Es importante buscar herramientas para disminuir la rumia que anticipa los malos resultados.

 

Algunas formas de aprovechar el tiempo:

planificación:  planificar las tareas, pero también las horas de sueño, de comida, de ocio y otras actividades importantes (la importancia de tener agenda y cuadernos para planificar).

organizar: dividir las tareas en pequeños pasos, en tareas más pequeñas.

listar: las tareas que hay que hacer en el día (si es posible darle un horario) y lo semanal (con realismo, no sirve de mucho hacer largas, interminables listas de cosas que al final no se van a hacer). Importantes las cajas o bloques del tiempo  para tareas similares

dividir: entre lo urgente (es lo que hay que hacer hoy o como máximo, mañana), lo no urgente (que se puede programar), lo que se puede delegar (lo que puede hacer otra persona) y lo que se puede borrar (no hace falta hacerlo aunque antes creímos que sí) (éste ejercicio se llama la Matriz de Eisenhower).

concentración: si la atención y la concentración están bien (sino practicar por ejemplo atención plena para poder aumentar el foco atención, la concentración y estar más en el momento presente, en el aquí y ahora) usar la técnica de pomodoro que son veinticinco (25) minutos en la tarea sin distracción, cinco (5) minutos de descanso, veinticinco (25) minutos haciendo la tarea elegida.

Hay que aprender a proteger el tiempo sin interrupciones (controlar los ladrones del tiempo, identificando cuáles son, cómo afectan).

Es importante recordar algo aunque sea obvio, la gestión del tiempo implica disciplina, requiere de práctica diaria constante y habitual, y de mucha fuerza de voluntad.